El tremendo sonido de aquel trueno retumbó poderoso e hizo estremecer toda la casa. De pronto, un olor fétido a metano se esparció por todas partes. No cabía la menor duda: se trataba de un peo de considerable tamaño. Aquel gas espeso dejaba traslucir una mezcla de aroma entre nalga fresca y goma de calzoncillo requemada.
El inspector Sospechas se irguió sobre su cama sobresaltado, se rascó la barba que soltó una nube de polvo ceniciento y algunas moscas que habían estado larvando toda la noche:
-Claro, huele a neumático gastado, se dijo mientras torcía el gesto al rascarse. Siguió gruñendo, molesto por haberse despertado por tan prosaico motivo.
1 Cagöenrólex, concluyó mirando sus atocinadas piernas. Al hacerlo recordó medio sándwich de chopedd que había dejado sobre la alfombra la noche anterior.
2 Mmmmm qué rico por dios! Bizqueó unos instantes.
3 Pero, volvió en sí, cielo santo qué puede haber producido semejante flatulencia, se dijo sin dejar de arañar su maltrecha barba. Apartó una iguana que ya se relamía y engulló lo que quedaba de bocadillo. ¡ Pardiez, canastos y retruécanos, qué excelencia, qué manjar! La grasa ya bajaba por el gaznate de Sospechi, reconfortaba su cuerpo, su escasa mente y su atormentada alma.
Acto seguido se levantó realizando una cabriola y cayó justo frente al espejo. Se miró en él y masculló por lo bajo: “sí amigos, soy coqueto”.
Sospecchi siempre había sido un poco peliculero, aficionado a la bohemia y a la carpanta. Había trabajado en su juventud como domador de pulgas húngaras en un circo, pero lo despidieron porque las pulgas se reprodujeron de tal manera que invadieron el coche, el despacho y el retrete del dueño. Tal fue la dimensión de la plaga que al dueño no se le veía bien, debido a estar cubierto casi completamente de insectos. Más tarde se comentaría que las pulgas lo habían atacado sólo a él por la rebaja en el presupuesto dedicado a las fieras. En el recorte financiero diseñado por el dueño, todos los bichos de la garduña para abajo (por tamaño) se habían quedado casi en ayunas. Y las pulgas, alentadas por nuestro Sospechos (y por su látigo) habían saltado en pos del causante de su hambruna. Éste, (el dueño) tuvo que salir por piernas ante los picotazos, y nuestro héroe detrás corrido a gorrazos por toda la gran familia del circo, a la sazón familia del dueño también.
Sospechas tuvo después otros muchos trabajos, pero ahora no vienen al caso.
Después de la escena del espejo se acercó a una percha victoriana y cogió un sombrero de fieltro medio gastado. Se lo calzó en un santiamén cogiéndolo entre índice y pulgar por el borde delantero. Lo hizo con un gesto adquirido en su infancia después de observar mucho a un tío abuelo suyo, originario de París. Este tío (el suyo) se dedicaba a correr jovencitas sobre el muelle de la Vendôme, en la orilla izquierda del Sena, con desigual fortuna. Tenía (el tío) un bigotillo afilado, de comisura caída y torpe. Sospechas-niño lo miraba entusiasmado desde el puente más cercano atusarse el bigote y requerir el sombrero sobre su cabeza, siempre con aquel aire porteño y matasiete, propio del que va en busca de sangre nueva femenina.
Una vez protegida su testa, Suspicions se dispuso a salir de la habitación cuando reparó en que sólo llevaba puesto el sombrero. El sombrero y unas calzonas floreadas, recuerdo de una abuela suya cubana. Pero como hacía mucho calor y los vecinos de la pensión seguro que todavía dormían, decidió salir del cuarto de aquella guisa. Además, su celo por resolver rápidamente de dónde procedía la enigmática ventosidad le hizo desdeñar maniobras tan insignificantes como vestirse, o lavarse y afeitarse. Iba lanzado a escudriñar, investigar, descifrar, dilucidar, discernir, a filtrar información, a separar el grano de la paja, a ...... A quién diantres le importaba el calzado, la ropa, la imagen facial, el olor corporal y otras menudeces cuando estaban en juego su orgullo profesional y su valía como sabueso.
En estas y otras disquisiciones estaba sumido cuando de pronto se dió cuenta de que la mano izquierda le ardía. No era extraño si tenemos en cuenta que llevaba unos dos minutos agarrando con fuerza el pomo de la puerta. Por fin, la abrió con ademán taurino y resoplido de búfalo (un nuevo caso siempre implicaba para él nuevas energías que gastar) y como resultas de su movimiento había ocurrido lo siguiente: que el tablero de madera falsa de dos metros por cero cincuenta, pleno de carcoma y rebajado, había salido de su hueco y había girado suavemente hasta quedar a noventa grados respecto a su posición inicial. O dicho de otra manera: que Sospechacas había abierto de una puñetera vez la condenada puerta. Y que su figura simpar finalmente se recortaba audaz sobre el umbral.
3 ¡Relámpagos y sabandijas! se dijo altivo mientras su pie derecho se levantaba para dar el primer paso. ¡Que tiemblen el hampa, la apa y todas las mafias! ¡Que Perry Mason, Poirot, Miss Marple, Canon, Kojak, los hombres de Harrelson y el alguacil de mi pueblo me asistan en esta épica empresa!¡A mí el pistolón que los arrollo! vociferó fuera de sí. Más tarde contarían los vecinos de la pensión que oyeron un tremendo ruido parecido a una estampida de camellos trotones en celo. Se ve que Suspicions, embriagado por la mortadela, por aquella retahíla de nombres detectivescos y por su ímpetu profesional, había perdido pie y había caído a cámara lenta por las escaleras...
sábado, 30 de enero de 2010
viernes, 15 de enero de 2010
ups! aquí está la letra
Leyes del sexxo
No puedes oir aquellos redobles de caballeria
distrayendo tu equilibrio.
Brujas de medianoche en el mausoleo
donde los doctores- duendes son
carnívoros en la noche lunática,
respirando sin preocupación a la luz de las velas.
Guarras coquetas te abofetean muy educadamente
hasta que les agradeces
el té y la simpatía.
Quiero desafiar
la lógica de todas las leyes sexxuales.
Deja que las esposas se deslicen por tus muñecas.
Te dejaré que seas mi señorita de compañía
en el hogar a mitad de camino.
Soy un hombre entero y adulto
pero no me da miedo llorar.
Los labios de Neptuno saben a levadura.
Tipos perfumados en la cola de vino Ginza.
Un macho salvaje corriendo como una concubina
a quien su madre nunca cogió de la mano.
Breves encuentros en Mercedes Benz,
usando lentes de contacto con hepatitis
te escapas en fines de semana de cama y desayuno
con mamás ilustradas en deportes.
Quiero desafiar.....(se repite la estrofa entera).
No puedes oir aquellos redobles de caballeria
distrayendo tu equilibrio.
Brujas de medianoche en el mausoleo
donde los doctores- duendes son
carnívoros en la noche lunática,
respirando sin preocupación a la luz de las velas.
Guarras coquetas te abofetean muy educadamente
hasta que les agradeces
el té y la simpatía.
Quiero desafiar
la lógica de todas las leyes sexxuales.
Deja que las esposas se deslicen por tus muñecas.
Te dejaré que seas mi señorita de compañía
en el hogar a mitad de camino.
Soy un hombre entero y adulto
pero no me da miedo llorar.
Los labios de Neptuno saben a levadura.
Tipos perfumados en la cola de vino Ginza.
Un macho salvaje corriendo como una concubina
a quien su madre nunca cogió de la mano.
Breves encuentros en Mercedes Benz,
usando lentes de contacto con hepatitis
te escapas en fines de semana de cama y desayuno
con mamás ilustradas en deportes.
Quiero desafiar.....(se repite la estrofa entera).
sexx laws
Otro ejemplo de una letra de Beck, de la dificultad de traducir sus textos, ilustrado con el video de la canción correspondiente.
martes, 12 de enero de 2010
Milk & Honey
MILK & HONEY ( LECHE Y MIEL)
No te quites tus lazos rojos,
estás a punto de convertirte en el loco de ti mismo.
En el ocaso de aluminio
bebiendo de una pipa
estoy cien millas detrás de mi mismo.
Leche y miel
fluyendo como el dinero,
hacen que un pobre hombre quiera correr.
Leche y miel,
hacen que quieras amarme
más allá del sol de aluminio.
Has oido aquellas historias de lágrimas de guerra
donde los socorristas durmieron en las calles.
En las tierras de la jungla,
con cajas de cola frías,
conseguirás gratis las llaves de la ciudad.
Leche y miel
fluyendo como el dinero
hacen que un pobre hombre se rinda.
Leche y miel,
no es divertido
vivir en el jardín de los marginados.
Los atletas de Bangkok mojan los sueños
en la biosfera de Arkansas.
Desaparecimos todos.
La dueña del Kremlin
llama a los relojes budistas.
Ella me cose fresas
despoblando nacimientos de pelo.
Ella está bien,.... tocando mi cuerpo.
Ella está bien,... en mi ordenador.
Ella está bien,.... vendiéndome relojes.
Ella está bien,.... llamando a mi dedo anular.
No te quites tus lazos rojos,
estás a punto de convertirte en el loco de ti mismo.
En el ocaso de aluminio
bebiendo de una pipa
estoy cien millas detrás de mi mismo.
Leche y miel
fluyendo como el dinero,
hacen que un pobre hombre quiera correr.
Leche y miel,
hacen que quieras amarme
más allá del sol de aluminio.
Has oido aquellas historias de lágrimas de guerra
donde los socorristas durmieron en las calles.
En las tierras de la jungla,
con cajas de cola frías,
conseguirás gratis las llaves de la ciudad.
Leche y miel
fluyendo como el dinero
hacen que un pobre hombre se rinda.
Leche y miel,
no es divertido
vivir en el jardín de los marginados.
Los atletas de Bangkok mojan los sueños
en la biosfera de Arkansas.
Desaparecimos todos.
La dueña del Kremlin
llama a los relojes budistas.
Ella me cose fresas
despoblando nacimientos de pelo.
Ella está bien,.... tocando mi cuerpo.
Ella está bien,... en mi ordenador.
Ella está bien,.... vendiéndome relojes.
Ella está bien,.... llamando a mi dedo anular.
lunes, 11 de enero de 2010
EL VALS DE LA SOLEDAD
“ ... que personne ne soit oublié ... “ decía la Bruni,
en círculos concéntricos en mitad de la noche,
llegaba cabalgando a lomos de la negrura,
en pos de mi alma callada aguardando ardiente.
Llevaba prendido el dolor y éste envuelto en
espuma de caramelo, rosa y blanca.
Llegaba flotando etérea sobre aguas de miel,
y comenzaba una danza de orquídeas cinturas,
sola frente a espejos de ojos claros, de mirada inerte.
Y toca armónicas y órganos en la inmensidad del cielo.
Pero llega también a la estrechez de mi alma
silbando gimiendo suspirando, aleteando
su nariz bajo ojos temblorosos, llega a mi cerco
de soledad, a mis manos, a mis brazos,
llega llenando el espacio solo, cimbreándose.
Me ciega la seda, el algodón y la nube.
Una y otra vez llega defendiendo leyes
contra la soledad, rescatando la hora de la infancia,
recordándonos el calor de la palabra y
el roce de la ternura.
“ ... que personne ne soit oublié ... “ decía la Bruni,
en círculos concéntricos en mitad de la noche,
llegaba cabalgando a lomos de la negrura,
en pos de mi alma callada aguardando ardiente.
Llevaba prendido el dolor y éste envuelto en
espuma de caramelo, rosa y blanca.
Llegaba flotando etérea sobre aguas de miel,
y comenzaba una danza de orquídeas cinturas,
sola frente a espejos de ojos claros, de mirada inerte.
Y toca armónicas y órganos en la inmensidad del cielo.
Pero llega también a la estrechez de mi alma
silbando gimiendo suspirando, aleteando
su nariz bajo ojos temblorosos, llega a mi cerco
de soledad, a mis manos, a mis brazos,
llega llenando el espacio solo, cimbreándose.
Me ciega la seda, el algodón y la nube.
Una y otra vez llega defendiendo leyes
contra la soledad, rescatando la hora de la infancia,
recordándonos el calor de la palabra y
el roce de la ternura.
domingo, 10 de enero de 2010
primer acercamiento
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